jueves, 30 de junio de 2011

Kludge. El cerebro accidental de David Linden.

El cerebro es un kludge (klumsy (torpe), lame (poco convincente), ugly (feo), dumb (tonto), but good enough (pero bastante bueno)) según escribe David Linden en su libro "El cerebro accidental".
Linden trata de refutar la creencia de que el cerebro es la máxima expresión de un diseño inteligente. Por el contrario, es más bien un poco chapucero en su génesis y evolución y en su funcionamiento. Su diseño es poco elegante y se ha construido con partes del pasado: durante millones de años ha ido incorporando y superponiendo estructuras sin mucho orden que a veces se entorpecen entre ellas. Su componente básico, la neurona, es un dispositivo antiguo y lento. La cabeza no cabe por el canal del parto y debe de salir inmadura necesitando muchos años hasta su completa formación. Un órgano tan complejo como el cerebro es candidato a malfuncionamiento y a múltiples patologías.
Todo esto es un puro disparate. El cerebro no ha sido diseñado de una manera elegante ni mucho menos: es un revoltijo improvisado que, sorprendentemente y pese a sus cortocircuitos, logra realizar una serie muy impresionante de funciones.. Pero si bien la función general es impresionante, no cabe decir lo mismo de su diseño.
Sin embargo, la tesis principal del libro, arriba reseñada pronto es abandonada por el autor. El cerebro accidental es más bien un manual introductorio de neurociencia, ameno,  bien escrito y útil para adentrarse en el mundo del cerebro. A lo largo de sus capítulos habla de sensación y emoción, de aprendizaje, memoria e individualidad humana, de amor y sexo, de dormir y soñar y del impulso religioso.
No hace Linden especial hincapié en algunas de las maravillas del cerebro en comparación con los productos humanos como los ordenadores. En concreto obvia la eficiencia energética, la autoreparación y auntoconfiguración (plasticidad).
Uno de los casos más fascinantes de kludge es el de la visión ciega. El cerebro antiguo (cerebro medio) es una estructura desarrollada cuando eramos ranas. Contiene centros de visión y audición. Los mamíferos hemos desarrollado estructuras superiores que complementan y reemplazan el cerebro medio: se trata de la corteza cerebral con sus áreas visuales y auditivas. Aún conservamos el cerebro medio con escasa utilidad (sirve por ejemplo para orientar los ojos). Una persona con lesión en el área visual del córtex no ve nada. Si le pedimos que agarre un objeto dirá que no puede, que no ve. Sin embargo, si insistimos, conseguirá agarrarlo en un elevado porcentaje de los casos. El área visual de su cerebro medio guía su mano.

1 comentario:

  1. Hola, me gustaría saber más acerca de este libro. Si puede, por favor, contácteme; me seria de mucha ayuda.

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